NOVENA DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO
Oración para todos los días
Santísima Madre del Rosario, Patrona de Mendoza y Cuyo: como hijos de la Familia de Dios, pedimos humildemente tu ayuda para vivir en fidelidad nuestro bautismo. Como hermanos de Jesús, ayúdanos a ser tierra fértil, para que la semilla de la Palabra por Él sembrada, dé fruto abundante. Presenta ante Jesucristo, tu Hijo, nuestras súplicas y nuestras vidas, para que por su misericordia alcancemos lo que nuestro corazón pide y desea.
(Se deja un instante para que cada uno, en el silencio de su corazón, exprese su petición)
Que todo sea, Madre y Señora nuestra, para alabanza y gloria de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo Amen.
Oración 1er día. Intención: por los Comunicadores Sociales
¡Alégrate, María! Tú recibiste del ángel Gabriel el Anuncio del cumplimiento de las promesas de salvación y la alegría del nacimiento del Hijo de Dios. Ayúdanos a escuchar constantemente la voz de Dios que nos llama a la vida, y a gozar siempre de la salvación que Él nos ofrece. Intercede, Madre del Rosario, por todos los que en ti confían y piden tu protección.
Oración 2do día. Intención: por las Familias
¡Llenas eres de gracias, Virgen Madre de Dios!
Por la infinita misericordia del Padre, y en previsión de los méritos de tu Hijo, fuiste
preservada de toda culpa y resplandeces por la belleza de tus virtudes. Ruega al Señor por nosotros, a fin de que, por el misterio de la muerte y resurrección de Jesús, nos dé la gracia de un corazón arrepentido que reciba su misericordia. Madre nuestra del Rosario: tú que viviste las gracias de la familia de Nazaret, concédenos progresar en el camino de las virtudes, para poder tambien nosotros ser presentados inmaculados en presencia de tu Hijo.
Oración 3er día. Intención: por los Niños y Jóvenes
¡El Señor está contigo, Santa Virgen María!
Por ti el Verbo se ha hecho carne y ha habitado en medio de los hombres para ser el Emmanuel, el Dios con nosotros. Intercede ante Dios, nuestro Padre, para que aumente en nosotros la fe en la resurrección de su Hijo, y la certeza de su presencia hasta el fin de los tiempos, como Él lo prometió. Que ninguna dificultad, tribulación o tentación pueda nunca hacernos dudar de su compañía. Antes bien, que sea la ocasión de experimentar su acción salvadora y tu maternal protección.
Oración 4to día. Intención: por los Consagrados
¡Bendita tú eres, María, entre todas las mujeres!
¡Bendita eres por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor! Ruega al Padre por tus hijos, Madre y Señora del Rosario, para que renueve en nosotros el espíritu de fe. Así como tú fuste a servir a tu prima Isabel y proclamaste las grandezas del Señor, ayúdanos también a testimoniar con nuestras palabras y acciones, las maravillas de Aquél en quien hemos creído .
Oración 5to día. Intención: por los Agente de la salud
¡Bendito es, María, el fruto de tu vientre ,Jesús, por quien hemos recibido la redención y la esperanza de la vida eterna! Tu maternidad ha traído la alegría y la paz al mundo. Asociada al pie de la cruz a la pasión de tu Hijo, nos has recibido a todos como hijos tuyos que te invocamos como madre y protectora.
Concédenos, Virgen del Rosario, el don de la fidelidad, la paciencia y la constancia a lo largo de las dificultades de nuestra vida, para alabanza de la gloria de tu Hijo, por quien hemos recibido toda bendición.
Oración 6to día. Intención: por los Agentes de pastoral
¡Santa María, Madre de Dios! Tú eres la servidora fiel del Señor, dichosa por haber escuchado siempre su palabra, meditándola y dando fruto de buenas obras. Intercede por nosotros, Madre del Rosario, y otórganos la gracia de crecer en santidad. Que la Palabra de Jesús, tu Hijo, habite con toda riqueza en nosotros, para que podamos alabar a Dios en todos nuestros deseos, palabra y obras, y así vivir en tu amor.
Oración 7mo día. Intención: por los Gobernantes y políticos
¡Santa Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores! Tú que, como madre, conoces nuestras necesidades y nuestras carencias, intercede por nosotros como lo hiciste en las bodas de Caná. Así como perservaste con los discípulos esperando el don del Espíritu, ruega tambien ahora por nosotros, que no sabemos orar como conviene. Atiende los deseos de los que hoy te invocamos y dispone nuestros corazones para recibir en Don de Dios.
Oración 8vo día. Intención: por los Educadores y agentes de la cultura
Santa María, Madre de Dios, ruega por quienes, afligidos, te suplicamos. Tú que después de tu vida terrena estás en la presencia de Dios, habiendo sido elevada al cielo en cuerpo y alma, ruega por los que aún peregrinamos, en medios de tentaciones y peligros. Danos, Señora del Rosario, aprovechar convenientemente este momento de gracia y este tiempo de misericordia, mientras caminamos con fe hacia nuestra Patria definitiva, donde esperamos alabar contigo a Dios y amarlo por toda la eternidad.
Oración 9no día. Intención: por los Trabajadores, empresarios y profesionales
¡En la hora de la muerte, ruega por nosotros, Santa Madre de Dios! Como Reina del cielo, tú eres vida, dulzura nuestra. Afianza nuestra fe y esperanza en la vida eterna. Madre de Cristo y Madre nuestra, haz que por la meditación de los misterios de tu Hijo en el santísimo Rosario, obtengamos la gracia de la perseverancia y el don inmerecido de la visión de Dios que como servidores frágiles y pobres, confiamos obtener por su misericordia.
Salve Regina
Dios te salve, Reina y Madre, de misericordia, vida dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos. Y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María!Ruega por nosotros Santa Madre de Dios
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amen
Oración de San Bernardo:
Recuerda, muy piadosa Virgen María, que jamás se ha oído decir que tu hayas abandonado a quienes hayan acudido a tu protección, implorando tu clemencia y reclamando tu auxilio. Animados con esta confianza, acudimos a ti, Madre de las vírgenes y , aunque llorando bajo el peso de nuestros pecados, nos atrevemos a presentarnos ante tu presencia soberana. No rechaces, Madre de Dios, nuestras humildes súplicas; antes bien, inclina a ellas tus oídos y dígnate atenderlas favorablemente. Amen
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