lunes, 28 de junio de 2010

El Rosario Teologia Pastoral



EL ROSARIO, TEOLOGÍA Y PASTORAL

Fray Diego José Correa, op[1]

1. El rosario, una oración tan antigua, caída en desuso en muchas partes, desconocida para otros, especialmente para los jóvenes y las nuevas generaciones, considerada aburrida, tediosa, repetitiva por lo menos para algunos, ¿merece la pena ser recuperada a costa de tanto sacrificio que significa?
La respuesta nos la ha dado el querido Papa Juan Pablo II: RVM[2] 43, primer párrafo: Queridos hermanos y hermanas: Una oración tan fácil, y al mismo tiempo tan rica, merece de veras ser recuperada por la comunidad cristiana. Hagámoslo sobre todo en este año, asumiendo esta propuesta como una consolidación de la línea trazada en la Carta Apostólica Novo millennio ineunte, en la cual se han inspirado los planes pastorales de muchas Iglesias particulares al programar los objetivos para el próximo futuro. Me dirijo en particular a vosotros, queridos Hermanos en el Episcopado, sacerdotes y diáconos, y a vosotros, agentes pastorales en los diversos ministerios, para que, teniendo la experiencia personal de la belleza del Rosario, os convirtáis en sus diligentes promotores.

2. ¿El “Ángelus” y el Rosario, van juntos?
Respuesta: no se rezan juntos, pero uno postula al otro y viceversa.

3. ¿El rezo del Ángelus se debe mantener, dado que las condiciones de vida del hombre moderno han cambiado tanto? ¿No refleja el ángelus una vida más bien campesina y pueblerina que ciudadana y moderna?
Respuesta: MC[3] de Pablo VI, n. 41:
Nuestra palabra sobre el “Angelus” quiere ser solamente una simple pero viva exhortación a mantener su rezo acostumbrado, donde y cuando sea posible. El “Angelus” no tiene necesidad de restauración: la estructura sencilla, el carácter bíblico, el origen histórico que lo enlaza con la invocación de la incolumidad en la paz, el ritmo casi litúrgico que santifica momentos diversos de la jornada, la apertura hacia el misterio pascual, por lo cual mientras conmemoramos la Encarnación del Hijo de Dios pedimos ser llevados “por su pasión y cruz a la gloria de la resurrección”[4], hace que a distancia de siglos conserve inalterado su valor e intacto su frescor.

4. ¿Qué importancia tiene la Carta Apostólica Consueverunt Romani Pontífices de San Pío V, OP, para el santo rosario?
Respuesta: MC 42 in fine:
…en la Exhortación Apostólica Recurrens mensis october (7 de octubre 1969), en la cual conmemorábamos además el cuarto centenario de la Carta Apostólica Consueverunt Romani Pontifices de nuestro Predecesor San Pío V, que ilustró en ella y en cierto modo definió la forma tradicional del Rosario.
Se puede afirmar que después de tres siglos de experimentación con el rosario, que se atribuye tradicionalmente a Santo Domingo (+1221) como su padre inspirador, luego de muchos ensayos y de numerosas evoluciones y progresos, llevados a cabo por dominicos eminentes, finalmente, otra gran hijo de Santo Domingo y que ocupaba la Sede de Pedro, es el que ilustró y definió la forma clásica del rosario, como se lo ha conocido, con sus pequeñas variantes, en los siglos siguientes llegando hasta el mismo Concilio Vaticano II. De ahí entonces la importancia de la Carta Apostólica Consueverunt Romani Pontifices de San Pío V del 17 de septiembre de 1569, como afirmó el querido p. Brian Fárrelly, op, en su conferencia sobre la Historia del Rosario[5].

5. ¿Qué importancia tienen los dominicos y la Orden de Predicadores para el santo rosario?[6]
Respuestas:
· Santo Domingo y la leyenda
· Santo Domingo y la predicación del evangelio
· La intelección dominicana del santo rosario
· MC 43 in medio:
…la pastoral del Rosario en el mundo contemporáneo… promovida por hombres que sienten entrañablemente tal devoción… entre ellos es justo recordar a los Hijos de Santo Domingo, por tradición custodios y propagadores de tan saludable devoción.
· Vamos el texto de RVM 17:
El Rosario es también un itinerario de anuncio y de profundización, en el que el misterio de Cristo es presentado continuamente en los diversos aspectos de la experiencia cristiana. Es una presentación orante y contemplativa, que trata de modelar al cristiano según el corazón de Cristo. Efectivamente, si en el rezo del Rosario se valoran adecuadamente todos sus elementos para una meditación eficaz, se da, especialmente en la celebración comunitaria en las parroquias y los santuarios, una significativa oportunidad catequética que los Pastores deben saber aprovechar. La Virgen del Rosario continúa también de este modo su obra de anunciar a Cristo. La historia del Rosario muestra cómo esta oración ha sido utilizada especialmente por los Dominicos, en un momento difícil para la Iglesia a causa de la difusión de la herejía. Hoy estamos ante nuevos desafíos. ¿Por qué no volver a tomar en la mano las cuentas del rosario con la fe de quienes nos han precedido? El Rosario conserva toda su fuerza y sigue siendo un recurso importante en el bagaje pastoral de todo buen evangelizador.
6. ¿Por qué el rosario se dice oración profundamente evangélica?
Respuestas: Cf. MC 46;
MC 44: … la índole evangélica del Rosario, en cuanto saca del Evangelio el enunciado de los misterios y las fórmulas principales; se inspira en el Evangelio para sugerir, partiendo del gozoso saludo del Ángel y del religioso consentimiento de la Virgen, la actitud con que debe recitarlo el fiel.
Veamos el texto de RVM 18:
El Rosario es una de las modalidades tradicionales de la oración cristiana orientada a la contemplación del rostro de Cristo. Así lo describía el Papa Pablo VI: « Oración evangélica centrada en el misterio de la Encarnación redentora, el Rosario es, pues, oración de orientación profundamente cristológica. En efecto, su elemento más característico –la repetición litánica del "Dios te salve, María"– se convierte también en alabanza constante a Cristo, término último del anuncio del Ángel y del saludo de la Madre del Bautista: "Bendito el fruto de tu seno" (Lc 1,42). Diremos más: la repetición del Ave Maria constituye el tejido sobre el cual se desarrolla la contemplación de los misterios: el Jesús que toda Ave María recuerda es el mismo que la sucesión de los misterios nos propone una y otra vez como Hijo de Dios y de la Virgen».
Este último punto es precisamente óptimo fundamento para el Rosario Renovado, que incluye una cláusula a continuación de la palabra “Jesús”, en cada salutación evangélica que nos recuerda el misterio que estamos rezando. Pero que no tiene solamente una función mnemotécnica, sino también teológica y contemplativa, ya que nos lleva finalmente a la consideración de lo que estamos buscando precisamente con el rezo de cada misterio del rosario: contemplar el rostro de Cristo en el modo cómo lo presenta ese misterio en particular.
7. ¿Cuáles son los elementos orgánicamente dispuestos del santo rosario y según su orden de importancia?
Respuesta: MC 49:
Los resumimos así:
· La contemplación, en comunión con María, de una serie de misterios de la salvación sabiamente distribuidos.
· La oración dominical el Padrenuestro
· La sucesión litánica del Avemaría
· La doxología Gloria al Padre
MC 50: Cada elemento de los mencionados tiene su índole propia:
· Reflexivo en la oración dominical
· Lírico y laudatorio en la recitación de las Avemarías
· Contemplativo en la atenta reflexión sobre los misterios
· Adorante en la doxología

En el numero 51 de Marialis Cultus, el Papa Pablo ya se congratulaba con la creación reciente de algunos ejercicios piadosos inspirados en el Santo Rosario. Como por ejemplo, la meditación de los misterios y la repetición litánica del saludo del Ángel. Y agrega a continuación: Nos alegra saber que tales ejercicios han contribuido a hacer comprender mejor las riquezas espirituales del mismo Rosario y a revalorizar su práctica en ciertas asociaciones y movimientos juveniles.
Estas afirmaciones del Sumo Pontífice Pablo VI nos impulsan a seguir difundiendo el Rosario Renovado que no es otra cosa que lo que él mismo dice en este número.
8. ¿Después de la Liturgia de las Horas (Oficio Divino), puede haber algo mejor para rezar en familia que el rosario de la Santísima Virgen María?
Respuesta: MC 54, al inicio:
Después de la celebración de la Liturgia de las Horas –cumbre a la que puede llegar la oración doméstica-, no cabe duda de que el Rosario a la Santísima Virgen debe ser considerado como una de las más excelentes y eficaces oraciones comunes que la familia cristiana está invitada a rezar.

9. ¿Es posible hoy convertir los pocos encuentros de familia en ocasión para rezar el rosario? ¿Es difícil?
Respuesta: MC 54. El Papa reconoce que en las circunstancias actuales son verdaderamente difíciles de convertir los encuentros familiares en ocasión de oración, pero sin embargo advierte: Pero es también una característica del obrar cristiano no rendirse a los condicionamientos ambientales, sino superarlos, no sucumbir ante ellos, sino hacerles frente.
10. Siendo el rosario una oración tan excelente y conveniente para la salvación, ¿el fiel debe sentirse libre de rezarlo si quiere o no?
Respuesta: MC 55: el Rosario es una oración excelente, pero el fiel debe sentirse libre, atraído a rezarlo, en serena tranquilidad, por la intrínseca belleza del mismo… y no sea presentada con exclusivismo inoportuno.
11. ¿El rosario es mariano o cristológico?, y, ¿cuáles son sus principales valores según la Carta Apostólica RVM de Juan Pablo II?
Respuesta: RVM 1, 2º párrafo:
El Rosario, en efecto, aunque se distingue por su carácter mariano, es una oración centrada en la cristología. En la sobriedad de sus partes, concentra en sí la profundidad de todo el mensaje evangélico, del cual es como un compendio. En él resuena la oración de María, su perenne Magnificat por la obra de la Encarnación redentora en su seno virginal. Con él, el pueblo cristiano aprende de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor. Mediante el Rosario, el creyente obtiene abundantes gracias, como recibiéndolas de las mismas manos de la Madre del Redentor
12. ¿Qué es en esencia rezar el rosario, según la Carta de Juan Pablo II?
Respuesta: RVM 3, primer párrafo, in medio.
Por eso, de acuerdo con las consideraciones hechas en la Carta apostólica Novo millennio ineunte, en la que, después de la experiencia jubilar, he invitado al Pueblo de Dios « a caminar desde Cristo », he sentido la necesidad de desarrollar una reflexión sobre el Rosario, en cierto modo como coronación mariana de dicha Carta apostólica, para exhortar a la contemplación del rostro de Cristo en compañía y a ejemplo de su Santísima Madre.
Recitar el Rosario, en efecto, es en realidad contemplar con María el rostro de Cristo.
El Rosario, comprendido en su pleno significado, conduce al corazón mismo de la vida cristiana y ofrece una oportunidad ordinaria y fecunda espiritual y pedagógica, para la contemplación personal, la formación del Pueblo de Dios y la nueva evangelización.
13. ¿El rosario no se opone o al menos contrapone a la Liturgia y sobre todo al ecumenismo que tanto buscamos actualmente?
Respuesta: RVM 4:
Hay quien piensa que la centralidad de la Liturgia, acertadamente subrayada por el Concilio Ecuménico Vaticano II, tenga necesariamente como consecuencia una disminución de la importancia del Rosario. En realidad, como puntualizó Pablo VI, esta oración no sólo no se opone a la Liturgia, sino que le da soporte, ya que la introduce y la recuerda, ayudando a vivirla con plena participación interior, recogiendo así sus frutos en la vida cotidiana.
Quizás hay también quien teme que pueda resultar poco ecuménica por su carácter marcadamente mariano. En realidad, se coloca en el más límpido horizonte del culto a la Madre de Dios, tal como el Concilio ha establecido: un culto orientado al centro cristológico de la fe cristiana, de modo que «mientras es honrada la Madre, el Hijo sea debidamente conocido, amado, glorificado». Comprendido adecuadamente, el Rosario es una ayuda, no un obstáculo para el ecumenismo.
14. ¿El rosario es apto para favorecer la contemplación o la oración mecánica y reiterativa?
Respuesta: RVM 5:
Pero el motivo más importante para volver a proponer con determinación la práctica del Rosario es por ser un medio sumamente válido para favorecer en los fieles la exigencia de contemplación del misterio cristiano, que he propuesto en la Carta Apostólica Novo millennio ineunte como verdadera y propia 'pedagogía de la santidad': «es necesario un cristianismo que se distinga ante todo en el arte de la oración». Mientras en la cultura contemporánea, incluso entre tantas contradicciones, aflora una nueva exigencia de espiritualidad, impulsada también por influjo de otras religiones, es más urgente que nunca que nuestras comunidades cristianas se conviertan en «auténticas escuelas de oración».
El Rosario forma parte de la mejor y más reconocida tradición de la contemplación cristiana. Iniciado en Occidente, es una oración típicamente meditativa y se corresponde de algún modo con la «oración del corazón», u «oración de Jesús», surgida sobre el humus del Oriente cristiano.
15. ¿El rosario es apto para rezar por la paz y por la familia?
Respuesta: RVM 6
Algunas circunstancias históricas ayudan a dar un nuevo impulso a la propagación del Rosario. Ante todo, la urgencia de implorar de Dios el don de la paz. El Rosario ha sido propuesto muchas veces por mis Predecesores y por mí mismo como oración por la paz. Al inicio de un milenio que se ha abierto con las horrorosas escenas del atentado del 11 de septiembre de 2001 y que ve cada día en muchas partes del mundo nuevos episodios de sangre y violencia, promover el Rosario significa sumirse en la contemplación del misterio de Aquél que «es nuestra paz: el que de los dos pueblos hizo uno, derribando el muro que los separaba, la enemistad» (Ef 2, 14). No se puede, pues, recitar el Rosario sin sentirse implicados en un compromiso concreto de servir a la paz, con una particular atención a la tierra de Jesús, aún ahora tan atormentada y tan querida por el corazón cristiano.
Otro ámbito crucial de nuestro tiempo, que requiere una urgente atención y oración, es el de la familia, célula de la sociedad, amenazada cada vez más por fuerzas disgregadoras, tanto de índole ideológica como práctica, que hacen temer por el futuro de esta fundamental e irrenunciable institución y, con ella, por el destino de toda la sociedad. En el marco de una pastoral familiar más amplia, fomentar el Rosario en las familias cristianas es una ayuda eficaz para contrastar los efectos desoladores de esta crisis actual.
16. ¿No es exagerado o mágico afirmar: “quién propaga el rosario se salva”?
Respuesta: RVM 8:
Sería imposible citar la multitud innumerable de Santos que han encontrado en el Rosario un auténtico camino de santificación. Bastará con recordar a san Luís María Grignion de Montfort, autor de un preciosa obra sobre el Rosario[7] y, más cercano a nosotros, al Padre Pío de Pietrelcina, que recientemente he tenido la alegría de canonizar. Un especial carisma como verdadero apóstol del Rosario tuvo también el Beato Bartolomé Longo[8]. Su camino de santidad se apoya sobre una inspiración sentida en lo más hondo de su corazón: «¡Quien propaga el Rosario se salva!»[9]. Basándose en ello, se sintió llamado a construir en Pompeya un templo dedicado a la Virgen del Santo Rosario, colindante con los restos de la antigua ciudad, apenas influenciada por el anuncio cristiano antes de quedar cubierta por la erupción del Vesuvio en el año 79 y rescatada de sus cenizas siglos después, como testimonio de las luces y las sombras de la civilización clásica.
Con toda su obra y, en particular, a través de los «Quince Sábados»[10], Bartolomé Longo desarrolló el meollo cristológico y contemplativo del Rosario, que ha contado con un particular aliento y apoyo en León XIII, el «Papa del Rosario».


17. Siendo la contemplación el hecho fundamental del rosario, ¿cuál es el icono de la contemplación cristiana por excelencia?
Respuesta: RVM 9
«Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol» (Mt 17, 2). La escena evangélica de la transfiguración de Cristo, en la que los tres apóstoles Pedro, Santiago y Juan aparecen como extasiados por la belleza del Redentor, puede ser considerada como icono de la contemplación cristiana. Fijar los ojos en el rostro de Cristo, descubrir su misterio en el camino ordinario y doloroso de su humanidad, hasta percibir su fulgor divino manifestado definitivamente en el Resucitado glorificado a la derecha del Padre, es la tarea de todos los discípulos de Cristo; por lo tanto, es también la nuestra. Contemplando este rostro nos disponemos a acoger el misterio de la vida trinitaria, para experimentar de nuevo el amor del Padre y gozar de la alegría del Espíritu Santo. Se realiza así también en nosotros la palabra de san Pablo: «Reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, nos vamos transformando en esa misma imagen cada vez más: así es como actúa el Señor, que es Espíritu» (2 Co 3, 18).

18. Siendo María modelo de contemplación cristiana, ¿cuáles son las cinco miradas contemplativas de María al rostro de Cristo?
Respuesta: RVM 10:
La contemplación de Cristo tiene en María su modelo insuperable. El rostro del Hijo le pertenece de un modo especial. Ha sido en su vientre donde se ha formado, tomando también de Ella una semejanza humana que evoca una intimidad espiritual ciertamente más grande aún. Nadie se ha dedicado con la asiduidad de María a la contemplación del rostro de Cristo.
Los ojos de su corazón se concentran de algún modo en Él ya en la Anunciación, cuando lo concibe por obra del Espíritu Santo; en los meses sucesivos empieza a sentir su presencia y a imaginar sus rasgos. Cuando por fin lo da a luz en Belén, sus ojos se vuelven también tiernamente sobre el rostro del Hijo, cuando lo «envolvió en pañales y le acostó en un pesebre» (Lc 2, 7).
Desde entonces su mirada, siempre llena de adoración y asombro, no se apartará jamás de Él. Será a veces una mirada interrogadora, como en el episodio de su extravío en el templo: « Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? » (Lc 2, 48); será en todo caso una mirada penetrante, capaz de leer en lo íntimo de Jesús, hasta percibir sus sentimientos escondidos y presentir sus decisiones, como en Caná (cf. Jn 2, 5); otras veces será una mirada dolorida, sobre todo bajo la cruz, donde todavía será, en cierto sentido, la mirada de la 'parturienta', ya que María no se limitará a compartir la pasión y la muerte del Unigénito, sino que acogerá al nuevo hijo en el discípulo predilecto confiado a Ella (cf. Jn 19, 26-27); en la mañana de Pascua será una mirada radiante por la alegría de la resurrección y, por fin, una mirada ardorosa por la efusión del Espíritu en el día de Pentecostés (Cf. Hch 1, 14).

19. ¿Por qué el rosario es una manera de rogar o suplicar teológicamente tan perfecta?
Respuesta: RVM 16[11]:
Para apoyar la oración, que Cristo y el Espíritu hacen brotar en nuestro corazón, interviene María con su intercesión materna. «La oración de la Iglesia está como apoyada en la oración de María»[12]. Efectivamente, si Jesús, único Mediador, es el Camino de nuestra oración, María, pura transparencia de Él, muestra el Camino, y «a partir de esta cooperación singular de María a la acción del Espíritu Santo, las Iglesias han desarrollado la oración a la santa Madre de Dios, centrándola sobre la persona de Cristo manifestada en sus misterios». En las bodas de Caná, el Evangelio muestra precisamente la eficacia de la intercesión de María, que se hace portavoz ante Jesús de las necesidades humanas: «No tienen vino» (Jn 2, 3).
El Rosario es a la vez meditación y súplica. La plegaria insistente a la Madre de Dios se apoya en la confianza de que su materna intercesión lo puede todo ante el corazón del Hijo. Ella es «omnipotente por gracia», como, con audaz expresión que debe entenderse bien, dijo en su Súplica a la Virgen el Beato Bartolomé Longo[13]. Basada en el Evangelio, ésta es una certeza que se ha ido consolidando por experiencia propia en el pueblo cristiano. El eminente poeta Dante la interpreta estupendamente, siguiendo a san Bernardo, cuando canta: «Mujer, eres tan grande y tanto vales, que quien desea una gracia y no recurre a ti, quiere que su deseo vuele sin alas».[14] En el Rosario, mientras suplicamos a María, templo del Espíritu Santo (cf. Lc 1, 35), Ella intercede por nosotros ante el Padre que la ha llenado de gracia y ante el Hijo nacido de su seno, rogando con nosotros y por nosotros.

20. ¿Cómo el rosario es también un medio predicar y profundizar el misterio de Cristo?
Respuesta: RVM 17; y la tradición dominicana del rosario:
El Rosario es también un itinerario de anuncio y de profundización, en el que el misterio de Cristo es presentado continuamente en los diversos aspectos de la experiencia cristiana. Es una presentación orante y contemplativa, que trata de modelar al cristiano según el corazón de Cristo.
Efectivamente, si en el rezo del Rosario se valoran adecuadamente todos sus elementos para una meditación eficaz, se da, especialmente en la celebración comunitaria en las parroquias y los santuarios, una significativa oportunidad catequética que los Pastores deben saber aprovechar. La Virgen del Rosario continúa también de este modo su obra de anunciar a Cristo. La historia del Rosario muestra cómo esta oración ha sido utilizada especialmente por los Dominicos, en un momento difícil para la Iglesia a causa de la difusión de la herejía. Hoy estamos ante nuevos desafíos. ¿Por qué no volver a tomar en la mano las cuentas del rosario con la fe de quienes nos han precedido? El Rosario conserva toda su fuerza y sigue siendo un recurso importante en el bagaje pastoral de todo buen evangelizador.

Buenos Aires, 16 de mayo de 2006.
[1] Es Doctor en Teología y Ciencias Patrística (Roma 1998); y, es Promotor Nacional del Rosario en la República Argentina por la Orden de Predicadores (Dominicos).
[2] RVM = Carta Apostólica de Juan Pablo II, Rosarium Virginis Marie, sobre el Santo Rosario, del 16 de octubre del 2002.
[3] MC = Marialis Cultus, Exhortación Apostólica de Pablo VI, para la recta ordenación y desarrollo del culto a la Santísima Virgen María, del 2 de febrero de 1974.
[4] Oración colecta del IV domingo de Adviento, o también la oración colecta del 25 de Marzo que la puede sustituir para el rezo del Ángelus.
[5] En efecto afirmó así: “El rosario, del modo como se celebra actualmente, puede, con razón llamarse “dominicano”, dado que la forma que en cierto modo “definió” como tradicional nuestro gran Pontífice san Pío V con su Carta Apostólica Consueverunt Romani Pontífices del 17 de septiembre de 1569, es una verdadera “Cartamagna” del rosario mariano”.
[6] Sin duda que también la pregunta se puede formular al revés: ¿Qué importancia tiene el rosario para los dominicos/as?, pero no es este el tema que estamos tratando, sino el rosario en sí mismo. Sin duda, mucho se ha hablado y dicho respondiendo a esta pregunta que aquí en la nota formulamos y que sin duda es también un tema interesante.
[7]12 El secreto admirable del santísimo Rosario para convertirse y salvarse, en Obras de San Luís María G. de Montfort. Madrid 1954, 313-391.
[8] Bartolomé Longo (1841-1926), fue abogado y seglar dominicano. Ingresó a la Orden de Santo Domingo en 1871, después de su reconversión a la fe católica y de su militancia en el Espiritismo, gracias a la acción del benemérito fray Alberto Radente, op. Formado por los padres dominicos de Nápoles, de los cuales recibió su amor al rosario, ya al ingreso en la Tercera Orden Seglar Dominicana adoptó el nombre de “Rosario”. Fundador del famoso Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Pompeya y de una Congregación de Religiosas Dominicas con el mismo nombre. Fue canonizado por el papa Juan Pablo II el 26/10/1980.
[9] Beato Bartolo Longo, Storia del Santuario di Pompei, Pompei 1990, p.59.
[10] Actualmente desde la introducción por esta misma Carta Apostólica de nuevos cinco misterios –de la Luz-, se debe hablar de “los 20 sábados”. Personalmente y ya experimentado por algunas Cofradías del Rosario de Argentina, es preferible celebrar sólo cinco sábado previos a la fiesta del Primer Domingo de Octubre, que es cuando generalmente se celebra de modo externo al menos, la Fiesta anual de Nuestra Señora del Rosario. Cambiando así cada año, de modo que en cuatro años se celebrarían los 20 misterios, de lo contrario puede resultar muy extenso y con el ritmo vertiginoso de los acontecimientos actuales, resulta engorroso. Por esto, es preferible la propuesta de celebrar bien, con dignidad y solemnidad, cinco misterios. Si alguna comunidad prefiere seguir celebrando los 20 sábados previos, por cierto que respetamos su elección.
[11] Cristo nos ha invitado a dirigirnos a Dios con insistencia y confianza para ser escuchados: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá» (Mt 7, 7). El fundamento de esta eficacia de la oración es la bondad del Padre, pero también la mediación de Cristo ante Él (cf. 1 Jn 2, 1) y la acción del Espíritu Santo, que «intercede por nosotros» (Rm 8, 26-27) según los designios de Dios. En efecto, nosotros «no sabemos cómo pedir» (Rm 8, 26) y a veces no somos escuchados porque pedimos mal (cf. St 4, 2-3). (Primer párrafo de este numero 16).

[12] Catecismo de la Iglesia Católica 2679.

[13]La Suplica a la Reina del Santo Rosario, que se recita solemnemente dos veces al año, en mayo y octubre, fue compuesta por el Beato Bartolomé Longo en 1883, como adhesión a la invitación del Papa León XIII a los católicos en su primera Encíclica sobre el Rosario a un compromiso espiritual orientado a afrontar los males de la sociedad

[14] Divina Comedia, Par. XXXIII, 13-15.

Como se Reza el Rosario

¿Cómo SE REZA EL ROSARIO?

1. Nos hacemos la señal de la Cruz:
“Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigo, líbranos Señor Dios nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo Amen”

2. Credo
“Creo en DIOS Padre todo poderoso, Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor que fu consejito por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infierno, al tercer día resucito de entre los muertos: subió a los cielos; está sentado a la diestra de DIOS Padre Todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de los muertos y la vida eterna Amen”.

3. Anunciamos el misterio

4. Rezamos (Un Padre Nuestro)
“Padre nuestro que estas en cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día perdona nuestra ofensa, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos deje caer el la tentación, líbranos del mal Amen”.

(Diez Ave María)
“Dios te salve María, llenas eres de gracias; el Señor es contigo, benditas Tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús Santa María, Madre de DIOS, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora, de nuestra muerte Amén”.

(Un Gloria)
“Gloria al Padre, y al Hijo, y al espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglo de los siglo Amen”.

5. Continuamos
Rezando de la misma forma el 2ª, 3ª, 4ª y 5ª misterio.

6. Oración Final
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura nuestra, Dios te salve. A ti clamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Es, pues, señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después del destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡OH clementísima! ¡OH piadosa! ¡OH dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que podamos alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo Amén.

7. Indulgencia
Pedimos por las intenciones del Santo Padre, rezamos un Padre Nuestro, tres Ave María y un Gloria.

MISTERIOS DE GOZO (Lunes y Sábados)

1er La encarnación del Hijo de Dios. (Lc. 1, 26)
v Que la invitación mesiánica “Alégrate María”, nos alcance como don divino y podamos responder prontamente a la voluntad del Padre.

2do La visita de María a su prima Santa Isabel. (Lc. 1, 43)
v Señor, concédenos la alegría de servirte en nuestros hermanos.

3er El nacimiento de Jesús en Belén. (Lc. 2, 7)
v ¡Rey de Reyes, Luz de Luz!, que podamos cantarte como los ángeles y adorarte como los pastores.

4to La presentación de Jesús en el Templo. (Lc. 2, 24)
v Señor, que los hombres legislen leyes inspirados en tu justicia.

5to El hallazgo del niño Jesús en el Templo. (Lc. 2, 49)
v Dios de Misericordia, protégenos para que no perdamos tu gracia.

MISTERIOS DE DOLOR (Martes y Viernes)

1er La agonía de Jesús en el huerto. (Lc. 22, 42)
v Señor, concédenos verdadero dolor de nuestros pecados.

2do La flagelación. (Jn. 19, 1)
v Señor, ayúdanos a moderar nuestros pecados.

3er La coronación de espinas. (Mt. 27, 29)
v Señor, frena nuestra soberbia.

4to Jesús carga su Cruz. (Jn. 19, 17)
v Señor, ayúdanos a llevar pacientemente nuestra cruz.

5to La crucifixión y muerte de Jesús.
(Lc. 23, 46)
v Señor, que al expirar te encomendemos nuestra alma.

MISTERIOS DE GLORIA (Miércoles y Domingos)

1er La resurrección de Jesús. (Mc. 16, 6)
v Señor, que podamos vivir la experiencia de encontrarte Resucitado en cada Eucaristía.

2do La ascensión de Jesús al cielo. (Mc. 16, 19)
v Señor, danos la posibilidad reservada a todos los justos: que resucitados gocemos de la visión beatifica.

3er La venida del Espíritu Santo. (Hech. 2, 4)
v Señor, que tu santo espíritu nos impulse a la misión evangelizadora.

4to La asunción de la Virgen al cielo. (Concilio Vaticano II. Iglesia, 59)
v Señor, ahora tenemos a tu Santísima Madre, como Madre Nuestra, por eso te oramos con Ella este rosario.

5to La coronación de María como Reina del cielo y de la tierra. (Ap. 12, 1 )
v María, concédenos compartir la corona de la vida eterna.

MISTERIOS DE LUZ (Jueves)

1er El bautismo de Jesús en el Jordan. (Mt. 3, 17)
v Padre, que la predilección por tu Amado Jesús nos abra también para nosotros el cielo.

2do La autorrevelación en las Bodas de Caná. (Jn. 2, 1-12)
v Padre, que la intercesión de María nos convierta el corazón y podamos verte especialmente en los pobres y necesitados.

3er El anuncio del Reino de Dios, invitado a la conversión. (Mc. 1, 15)
v Dios, Confiamos en tu ministerio de misericordia y humildemente te pedimos por la dirigencia y los gobernantes de esta Patria.

4to La transfiguración de Jesús. (Lc. 9, 29)
v Señor, concédenos poder preservar en la búsqueda de la santidad y así llegaremos a contemplar tu gloria.

5to La institución de la Eucaristía. (I Cor. 12, 24-26)
v Señor, sentimos que nos has amado hasta el extremo de dar tu vida y quedarte como alimento. Recibe nuestra acción de gracias en la mesa de este Santuario.

Novena

NOVENA DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO

Oración para todos los días
Santísima Madre del Rosario, Patrona de Mendoza y Cuyo: como hijos de la Familia de Dios, pedimos humildemente tu ayuda para vivir en fidelidad nuestro bautismo. Como hermanos de Jesús, ayúdanos a ser tierra fértil, para que la semilla de la Palabra por Él sembrada, dé fruto abundante. Presenta ante Jesucristo, tu Hijo, nuestras súplicas y nuestras vidas, para que por su misericordia alcancemos lo que nuestro corazón pide y desea.

(Se deja un instante para que cada uno, en el silencio de su corazón, exprese su petición)

Que todo sea, Madre y Señora nuestra, para alabanza y gloria de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo Amen.

Oración 1er día. Intención: por los Comunicadores Sociales
¡Alégrate, María! Tú recibiste del ángel Gabriel el Anuncio del cumplimiento de las promesas de salvación y la alegría del nacimiento del Hijo de Dios. Ayúdanos a escuchar constantemente la voz de Dios que nos llama a la vida, y a gozar siempre de la salvación que Él nos ofrece. Intercede, Madre del Rosario, por todos los que en ti confían y piden tu protección.

Oración 2do día. Intención: por las Familias
¡Llenas eres de gracias, Virgen Madre de Dios!
Por la infinita misericordia del Padre, y en previsión de los méritos de tu Hijo, fuiste
preservada de toda culpa y resplandeces por la belleza de tus virtudes. Ruega al Señor por nosotros, a fin de que, por el misterio de la muerte y resurrección de Jesús, nos dé la gracia de un corazón arrepentido que reciba su misericordia. Madre nuestra del Rosario: tú que viviste las gracias de la familia de Nazaret, concédenos progresar en el camino de las virtudes, para poder tambien nosotros ser presentados inmaculados en presencia de tu Hijo.

Oración 3er día. Intención: por los Niños y Jóvenes
¡El Señor está contigo, Santa Virgen María!
Por ti el Verbo se ha hecho carne y ha habitado en medio de los hombres para ser el Emmanuel, el Dios con nosotros. Intercede ante Dios, nuestro Padre, para que aumente en nosotros la fe en la resurrección de su Hijo, y la certeza de su presencia hasta el fin de los tiempos, como Él lo prometió. Que ninguna dificultad, tribulación o tentación pueda nunca hacernos dudar de su compañía. Antes bien, que sea la ocasión de experimentar su acción salvadora y tu maternal protección.

Oración 4to día. Intención: por los Consagrados
¡Bendita tú eres, María, entre todas las mujeres!
¡Bendita eres por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor! Ruega al Padre por tus hijos, Madre y Señora del Rosario, para que renueve en nosotros el espíritu de fe. Así como tú fuste a servir a tu prima Isabel y proclamaste las grandezas del Señor, ayúdanos también a testimoniar con nuestras palabras y acciones, las maravillas de Aquél en quien hemos creído .

Oración 5to día. Intención: por los Agente de la salud
¡Bendito es, María, el fruto de tu vientre ,Jesús, por quien hemos recibido la redención y la esperanza de la vida eterna! Tu maternidad ha traído la alegría y la paz al mundo. Asociada al pie de la cruz a la pasión de tu Hijo, nos has recibido a todos como hijos tuyos que te invocamos como madre y protectora.
Concédenos, Virgen del Rosario, el don de la fidelidad, la paciencia y la constancia a lo largo de las dificultades de nuestra vida, para alabanza de la gloria de tu Hijo, por quien hemos recibido toda bendición.

Oración 6to día. Intención: por los Agentes de pastoral
¡Santa María, Madre de Dios! Tú eres la servidora fiel del Señor, dichosa por haber escuchado siempre su palabra, meditándola y dando fruto de buenas obras. Intercede por nosotros, Madre del Rosario, y otórganos la gracia de crecer en santidad. Que la Palabra de Jesús, tu Hijo, habite con toda riqueza en nosotros, para que podamos alabar a Dios en todos nuestros deseos, palabra y obras, y así vivir en tu amor.

Oración 7mo día. Intención: por los Gobernantes y políticos
¡Santa Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores! Tú que, como madre, conoces nuestras necesidades y nuestras carencias, intercede por nosotros como lo hiciste en las bodas de Caná. Así como perservaste con los discípulos esperando el don del Espíritu, ruega tambien ahora por nosotros, que no sabemos orar como conviene. Atiende los deseos de los que hoy te invocamos y dispone nuestros corazones para recibir en Don de Dios.

Oración 8vo día. Intención: por los Educadores y agentes de la cultura
Santa María, Madre de Dios, ruega por quienes, afligidos, te suplicamos. Tú que después de tu vida terrena estás en la presencia de Dios, habiendo sido elevada al cielo en cuerpo y alma, ruega por los que aún peregrinamos, en medios de tentaciones y peligros. Danos, Señora del Rosario, aprovechar convenientemente este momento de gracia y este tiempo de misericordia, mientras caminamos con fe hacia nuestra Patria definitiva, donde esperamos alabar contigo a Dios y amarlo por toda la eternidad.

Oración 9no día. Intención: por los Trabajadores, empresarios y profesionales
¡En la hora de la muerte, ruega por nosotros, Santa Madre de Dios! Como Reina del cielo, tú eres vida, dulzura nuestra. Afianza nuestra fe y esperanza en la vida eterna. Madre de Cristo y Madre nuestra, haz que por la meditación de los misterios de tu Hijo en el santísimo Rosario, obtengamos la gracia de la perseverancia y el don inmerecido de la visión de Dios que como servidores frágiles y pobres, confiamos obtener por su misericordia.

Salve Regina
Dios te salve, Reina y Madre, de misericordia, vida dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos. Y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María!Ruega por nosotros Santa Madre de Dios
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo
. Amen

Oración de San Bernardo:
Recuerda, muy piadosa Virgen María, que jamás se ha oído decir que tu hayas abandonado a quienes hayan acudido a tu protección, implorando tu clemencia y reclamando tu auxilio. Animados con esta confianza, acudimos a ti, Madre de las vírgenes y , aunque llorando bajo el peso de nuestros pecados, nos atrevemos a presentarnos ante tu presencia soberana. No rechaces, Madre de Dios, nuestras humildes súplicas; antes bien, inclina a ellas tus oídos y dígnate atenderlas favorablemente. Amen








Historia de nuestra Señora del Risario


Historia de nuestra Señora del Rosario Patrona de Mendoza y Cuyo

Un documento en el antiquísimo primer libro de la Cofradía del Rosario de Mendoza nos cuenta que la imagen de la Virgen (tallada en arte barroco) llegó a Mendoza procedente de Lima el 15 de abril de 1590 y que fue el dominico Fr. Juan Vázquez O.P. quien la trajo a nuestras tierras cuyanas.
Con el tiempo se acentuó más y más la devoción a la Virgen taumaturga, siendo invocada principalmente en los casos de epidemias, terremotos y otros flagelos públicos. Con esto se hizo acreedora a la gratitud mendocina, gratitud que se demostró públicamente jurándola el pueblo por su Patrona en 1737, en ese acto el Capitán Don Miguel de Arismendi la obsequió con una corona que aún se conserva y que lleva la inscripción “A devoción de D. Miguel de Arismendi. Año 1737”.
Pero fue en 1760 cuando las autoridades civiles de Mendoza, hicieron oficial aquel acto popular, hacía tiempo que alimentaba la idea de proclamar oficialmente a la Virgen del Rosario como Patrona de la Ciudad.
El 15 de noviembre de ese año se convoca a Cabildo Abierto con el único objeto de nombrar Patrona de la ciudad a Nuestra Señora del Rosario. Nueve días después, el 24 de noviembre, el obispo de Santiago de Chile, Dr. Manuel de Alday y Aspée, encontrándose en Mendoza, que por ese entonces formaba parte de la Diócesis de Chile, confirmó la decisión de las autoridades civiles, uniéndose a la Virgen Santísima bajo la advocación del Santísimo Rosario, como Patrona de esta Ciudad, confiando en su piedad y misericordia aceptaría su protección y Patrocinio bajo del cual se ha puesto la ciudad (Archivo Histórico de Mendoza. Actas de Cabildo).
No son pocas las ocasiones en los años subsiguientes en que el mismo Cabildo demuestra su interés en la celebración de la fiesta de la Virgen del Rosario o en que se hagan rogativas especiales con motivo de alguna calamidad pública. Puede citarse, por ejemplo, el Acta capitular del 27 de octubre de 1781: acordaron (los Cabildantes) que, respecto de las muchas y extraordinarias enfermedades que se experimentan en esos días en esta ciudad, se recurra inmediatamente a la protección de la Sma. Virgen del Rosario, Patrona titular de esta ciudad, por medio de una rogativa en su iglesia y convento de esta ciudad. Los Regidores de este Ilustre Cabildo, pase a conferirlo y resolverlo con el Sr Vicario de esta ciudad y llevando esta noticia al Reverendo Padre Prior del Convento Santo Domingo, que conforme se practique, disponga la iglesia de manera que se pueda dar Misa diaria y novena de la Sma. Virgen en la noche.
En septiembre de 1838 los Mayordomos de la Cofradía del Rosario, Don Ramón García y Don Alejo Mallea, solicitan al Gobernador Don Justo Correas “un nuevo reconocimiento oficial del Patronato de la Virgen del Rosario sobre Mendoza”. El mismo día el Gobernador eleva a la Sala de Representante la petición por ser “justo titulo de Patrona de la Provincia”.

La Sala de Representantes acuerda en enero de 1839 el pedido cambiando una sola palabra del decreto: “nombrar” por “ratificar”, por ser más exacto.
El gobierno determinó celebrar con toda solemnidad el acontecimiento con un gran acto el 12 de febrero de 1839, la Honorable Sala de Representante y el Poder Ejecutivo promulgaban una ley especial ratificando la proclamación del Cabildo de 1760 y declarando a la Virgen del Rosario Patrona de la Provincia. Fue saludada con salva de veintiún cañonazos….(Archivo de la Legislatura de Mendoza y Registro Ministerial de 1839).
El 26 de diciembre de 1843 nuestra Iglesia de Santo Domingo fue presa de un voraz incendio. La efigie es librada del fuego, más no de un golpe en su rostro al sacarla, y desde el primer momento no pudo ser expuesta al culto. Con ese motivo y teniendo en cuenta su valor transcendente para Mendoza se procedió a una restauración del mismo, tambien su templo fue reconstruido e inaugurado el 15 de julio de 1855. En aquella oportunidad la Virgen fue conducida en procesión desde el monasterio de Compañía de María a su flamante y suntuoso templo. En 1856 el gobernador General Segura, al terminar su periodo obsequió a la Virgen Patrona su bastón de mando, con el que se había recibido tambien el titular anterior, Coronel Alejo Mallea.
El nuevo santuario estaba destinado a durar pucos años. El templo pereció con la ciudad en el espantoso cataclismo del 20 de marzo de 1861, sin igual en la historia de Mendoza. La imagen fue recuperada de entre los escombros por los padres Pedro Celestino Olmos y Tomás de los Santos y el Mayordomo de la Cofradía del Rosario, don Zacarías Corbalán para acompañar a su pueblo en el más grande de sus dolores. Bajo un parral comenzó nuevamente a recibir culto. Hasta colocarla en un altar donde pudiese oficiarse misa se la trasladó a la iglesia de Loreto y solicitó rogativas a la Virgen del Rosario para dar “fortaleza y resignación para sobreponernos a esta dura prueba”. El célebre misionero dominico Fr. Moisés Vicente Burela con ayuda del pueblo y del gobierno edificó una capilla de carácter provisorio, en el solar del destruido convento, a donde fue trasladada en 1864. La Ciudad Nueva se trasladó en torno a la Plaza Independencia, pero la Virgen se quedó en su antiguo solar, en la Ciudad Vieja”, a la espera del nuevo templo, que fue consagrado el 5 de junio de 1869 por el Obispo de Cuyo Fray Wenceslao Achával.
Posteriormente la Virgen fue sacada en solemne procesión por su pueblo en épocas calamitosas, como durante el “Cólera morbus”, que azotó el país en el 1868; cuando la fiebre amarilla, que en 1871 causó estragos en Buenos Aires y buena parte del litoral; en 1886, cuando la Nación y la Provincia se vieron asolados nuevamente por el “cólera morbus”; el 2 de febrero de 1892, en ocasión de una desolada plaga de langostas; después del terremoto del 27 de octubre de 1894, que arruino la ciudad de la Rioja y se sintió intensamente en Cuyo.
Iniciada la construcción de la actual iglesia de Santo Domingo (quinta edificación) fue inaugurada el 22 de octubre de 1960, siendo prior Fr. Montes de Oca O.P. La renovación de la iglesia conventual, santuario regional y sede parroquial, culmina magníficamente con la Coronación Pontificia de la Virgen del Rosario el 21 de octubre 1961 en la plaza Independencia por el Obispo de Mendoza Monseñor Alfonso María Buteler y la Titularidad de la iglesia como Basílica Menor. Fueron padrinos de la coronación los Sres. Obispos de Mendoza, San Juan, San Luis y San Rafael; los Sres. Gobernadores de Mendoza, San Juan y San Luis, las beneméritas hermanas de la primer Orden de Santo Domingo; Doña Rosa B. de Ortiz, Doña Amalia Ortiz y Doña Hortensia Ortiz.
En el mes de Septiembre de 1981, Monseñor Cándido Rubiolo instituyó a Nuestra Señora del Rosario Patrona de la Arquidiócesis, celebrándose a partir de entonces la fiesta de la iglesia diocesana el 1er domingo de octubre en el Anfiteatro Frank Romero Day.
En 1981 el Gral. de la Nación, Mario Ramón Lépori obsequió su bastón de mando que hoy ostenta.
La imagen presidió los actos del Congreso Mariano Nacional de 1980 y la visita del Papa Juan Pablo II a Mendoza en abril de 1987. En 1990 se celebraron los cuatrocientos años de su llegada a nuestra ciudad y en 1991 los treinta años de su coronación. Monseñor José María Arancibia, actual Arzobispo de Mendoza, asume su cargo en el santuario en mayo de 1993, al haber ya fallecido Monseñor Cándido Rubiolo.
En octubre de 2009 se celebró en el Anfiteatro Frank Romero Day los 75 años de la diócesis (año Jubilar y Misionero), donde Monseñor Arancibia realizo la celebración de consagración de todos los allí presentes.
En esta síntesis presentamos la historia de la designación de la Santísima Virgen del Rosario como patrona de Mendoza y posteriormente de Cuyo, de su imagen y de la Basílica de Nuestra Señora del Rosario – Convento de Santo Domingo en Soriano.